Bienvenidos rondadores de las sombras de nuestros sueños.

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Con la finalidad de pasarlo bien, os invitamos a que os adentréis a "Origen de la Realidad" y espero que nuestras historias te enganchen y nos veamos a menudo. Se bienvenido.

miércoles, 18 de julio de 2012

Asesinos Cap.1: Un primer encuentro, merece ante todo una presentación.



“La guerra siempre ha sido motivo de orgullo para los guerreros. Una oportunidad para probar su habilidad y su honor en combate. Las cosas no han cambiado mucho actualmente, pero ahora se lucha por algo más o al menos eso quieren pensar los samuráis. Aquí en Kyoto, las noches son tranquilas. La gente ya no se atreve a salir por la noche por si se encuentran con los Hitokiris, y menos en una noche como hoy que la luna no brilla en el cielo.”

En este y otros temas pensaba Shigekura mientras caminaba a casa por la noche. Era el sustituto del gobernador pero aun así era joven y apuesto. Sus facciones eran finas, sus ojos eran grandes y negros y su pelo azabache estaba recogido en una coleta. Portaba un farolillo en la mano derecha para alumbrar el camino y con la izquierda sujetaba su espada, preparado para desenvainar.

Aunque dos fornidos guardaespaldas le acompañaban, no se sentía del todo seguro. Estaba atento al más mínimo sonido que pudiera delatar a un posible asesino, aunque no suelen cometer ese tipo de errores, y menos el nuevo asesino que ha aparecido en Kyoto y que dicen que es más hábil incluso que el mismísimo Kawakami Gensai. Nadie ha podido identificarlo hasta el momento, ni siquiera se conocen sus facciones, ni el nombre.

Un gélido viento arrastraba varias hojas de cerezo y traía un olor familiar, pero no del perfume del cerezo, sino de la sangre. El joven gobernador se dio la vuelta y alumbró el camino que había tras de si. Los guardaespaldas se pusieron en guardia al ver la reacción de su protegido.

Allí había alguien, observando en la oscuridad…
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-¿Estás nervioso, novato?-el escuadrón 3 del Shinsengumi tenía un nuevo recluta. A pesar de ser tan joven, había mostrado una gran habilidad con la espada. Era raro ver a alguien tan joven en las patrullas, pero las cosas no estaban como para rechazar reclutas. El joven de pelo castaño y corto miró a su compañero con una sonrisa. Podía verse seguridad en sus ojos verdes.

-En absoluto. Estoy emocionado por poder patrullar por fin.- miró con orgullo el hakama azul celeste y blanco que identificaba a los lobos de Mibu.

-No te emociones demasiado, normalmente nos aburrimos bastante en las patrullas, pero…


-¡Silencio!- el capitán del escuadrón miró con furia a sus hombres. Era alto, con el pelo negro y también recogido en una coleta. Sus ojos rasgados le hacían parecer aún más amenazador. Hajime Saito había conseguido ascender hasta capitán de escuadrón muy joven y todos le respetaban. El simple hecho de que confíen en él de esa manera, a pesar de ser zurdo, lo cual no estaba bien visto, ya era algo a tener en cuenta.- No me gustaría que nuestros enemigos nos perdieran el respeto por encontrarse a lo lobos cotorreando como cuervos.

-Lo sentimos capitán.- el nuevo seguía obnubilado en sus pensamientos y su orgullo. La noche estaba tranquila y no podía oírse nada. Hoy no vería acción, pero bueno, no importaba. O al menos eso creía. El sonido de un silbato rompió el silencio y los lobos se pusieron en camino.
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-Reconozco en usted a Shigekura, el sustituto del gobernador de Kyoto.- la voz del asesino era suave y denotaba a alguien muy joven. Avanzó unos pasos hasta ponerse a la vista de su objetivo. Shigekura miró a su oponente, le sorprendió que alguien así pudiera ser un asesino. Era apenas un niño. Tenía el pelo a media melena y claro, era bajo y muy delgado. Aun así, sus ojos mostraban la determinación de alguien experimentado. No se había movido más, tenía la mano preparada para desenvainar.

El joven observó a sus rivales. Los yojimbos parecían fuertes pero torpes. El de la derecha estaba en posición de desenvainar pero el asesino pudo fijarse en que era cojo de la pierna derecha, pues el peso estaba puesto completamente en la pierna izquierda; el otro no veía bien en la oscuridad, pues incluso con el farolillo, estaba entornando claramente los ojos para poder ver mejor. ¿En qué estaban pensando para poner a estos dos como guardaespaldas del gobernador? En ese momento pudo ver a alguien observando desde el tejado y usar un silbato para advertir de la presencia de un asesino. Una trampa. Ya no había solución, tenía que acabar con esto rápido y desaparecer.

Se lanzó sobre sus adversarios. El primer yojimbo desenvainó rápido contra el asesino pero éste en un ágil movimiento, esquivó el ataque y propinó una patada a la pierna derecha del enorme hombre. Como había presupuesto, era cojo de esa pierna pues se rompió como una rama haciendo caer al hombre, que  ni tuvo tiempo de quejarse por su pierna pues ya había sido atravesado por la espada del joven asesino; el siguiente atacó torpemente, pero su estocada fue detenida por la vaina del asesino, que atacó con su espada a la desprotegida yugular del hombre.
Shigekura arrojó el farolillo y desenvainó su espada pero no sirvió de nada, antes de terminar de desenvainar ya su vida se apagaba lentamente mientras miraba la cara de su agresor, que le miraba a los ojos sin pestañear y sin mostrar ningún sentimiento, o quizá… ¿eso era tristeza?

Creía haber sido rápido pero parece que no lo suficiente. Los lobos de Mibu ya estaban allí. Echó a correr por las calles. Era lo suficientemente veloz para dejarlos atrás pero había uno que le mantenía el paso, de hecho, sólo él le estaba persiguiendo. Si era sólo uno, podría con él. Se dio la vuelta y se puso en posición. El lobo hizo lo mismo. Tenían más o menos la misma edad. Ninguno quiso precipitarse, estudiar al enemigo era esencial, pero ninguno hizo movimiento alguno. No podían encontrar errores o puntos débiles en el otro.
-Un primer encuentro, merece ante todo una presentación…asesino.

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